Hace unos meses (Mayo 2017) se ha celebrado en Madrid el BEING ONE FORUM, un evento que ha reunido talleres y conferencias de más de 15 best-sellers y gurus  del mundo del desarrollo espiritual. El nombre con el que se ha bautizado dicho evento me permite hacer algunas reflexiones al respecto.

Según las doctrinas monistas, el Universo está constituido por una única sustancia primigenia. Curiosamente los monistas se dividen (dualizan) en aquellos que sostienen que “todo es materia” (monistas materialistas), y en aquellos que defienden que «el principio único es el espíritu» (monistas espiritualistas). No deja de ser cómica esta dualización del unitarismo, aunque sea una clara lección para aquellos que tengan ojos para ver.

El monismo (Todo es Uno) se contempla básicamente como una perspectiva positiva de la vida y de la existencia, dado que el resultado final sería paz y amor.

Desde finales del siglo XIX, cuando la gente se refiere al pensamiento hindú, casi siempre tienen en mente al Advaita-vada de Sankara-acarya, que curiosamente es el mejor ejemplo de una filosofía hindú de monismo radical espiritualista llevado al extremo. De ahí surge el popular: “Todo es uno. Todo es una ilusión”

Hay que conocer de dónde surgió esta escuela de pensamiento para comprender su esencia. Surgió hace unos miles de años para enfrentarse contra la aparente irracionalidad del Budismo, el cual era visto como una forma aún más radical de monismo que reduce el “todo” al “vacio”, en un aparente nihilismo hindú. En verdad, el Advaita-vada, era una forma efectiva de hacer la transición India del Nihilismo budista a sus raíces védicas, lo cual era posible porque no había una gran diferencia con el budismo.

No obstante, el monismo extremo (como todo lo extremo) se convierte en Nihilismo, ya que cuando todo es uno, entonces dejan de existir los sujetos u objetos individuales. El experimentador y lo experimentado dejan de existir y se disuelven en la misma experiencia.

Por otro lado, están las doctrinas dualistas que afirman la existencia de dos principios supremos, increados, co-eternos, independientes, irreductibles y antagónicos. El dualismo, entre las escuelas de la Nueva Era, se contempla  básicamente como una perspectiva errónea dado que divide la realidad esencial única, dando como resultado final, según estas escuelas, competitividad y violencia.

Existen infinitas filosofías y religiones dualistas aunque en realidad nadie las sigue en su forma más pura. Por ejemplo Patañjali introduce una metafísica dualista. Pero todo es aparente ya que no es puro dualismo.

El mayor problema del dualismo es que separa las cosas unas de otras. Y un experimentador aislado es incapaz de experimentar nada. Cuanto más te diferencies de algo, menos puedes entender su naturaleza. Así que si todas las cosas fueran completamente diferentes unas de otras, sin una raíz en común, sería imposible tener algún tipo de experiencia.   Es lo que se ha llamado la “herejía de separatividad” entre las antiguas escuelas de conocimiento.

Ahora bien, solo básica y relativamente estas perspectivas (monista y dualista) son ciertas ya que ambos puntos de vista se realizan desde la mente dual, desde un punto de observación fijo e inamovible, desde el EGO.

Lo realmente sorprendente, es que cada uno de estos puntos de vista o filosofías son tremendamente destructivos si son llevados a sus extremos y compiten entre ellos por la supremacía. También, sorprendentemente, cada uno de estos puntos de vista o filosofías son tremendamente erróneos si son llevados a sus extremos. Una vez más estamos en la dualidad.

Sin embargo, la solución está en trascender la dualidad. Pero cuidado, porque trascender la dualidad no significa afirmar la supremacía de la unidad, como afirman los partidarios del “todos somos uno”. Puede parecer confuso, pero es claro si se contempla desde una mente no dual.

El acercamiento a la realidad no puede ser ni puro monismo (todos somos uno) ni puro dualismo, ya que ninguno de los dos, por separado trasciende los opuestos. Solo Integrando o trascendiendo el monismo y el dualismo, de tal manera que de forma intuitiva se pueda contemplar la diversidad en la unidad, contemplando al Todo y a uno mismo como una unidad separada, de igual manera que lo son el Sol y la luz solar, es cuando el observador se acerca a la realidad esencial del Cosmos.

Este es el mensaje de la nueva Era de Acuario, que trasciende las filosofías y religiones de eras anteriores.