En la tradición hindú, Shakti representa el principio femenino, simbolizado por la serpiente kundalini que se halla enroscada en la base de la columna vertebral, en el hueso sacro, donde está ubicado el primer centro energético, el chakra raiz, y Shiva, el principio masculino, situado en la cabeza, en el séptimo chakra denominado corona.

 

Shiva y Shakti representan la dualidad existencial en este universo. Shiva es la consciencia, la percepción; y Shakti la energía creativa que produce transformaciones y cambio.

 

Son las dos caras de una misma moneda, así como el Ying y el Yang.  En un nivel supremo, ambos existen en una unión inseparable: el Tao.

 

El Universo surge como un gran acto de amor cósmico, de la unión de Shiva y Shakti. Estas dos fuerzas, debido a su polaridad contraria, se atraen mutuamente y están permanentemente econtrándose, bailando, en lo que se ha dado en llamar “la danza de Shiva y Shakti”. Son dos polos opuestos del mismo principio. A través de la unión con Shakti, Shiva da al universo una inteligencia universal.

 

En el tantra hindú, este encuentro es simbolizado a través del Shiva Lingam, la imagen de la unión de las energías sexuales de lo femenino y lo masculino.

 

El ascenso de la energía Kundalini es una forma de que Shiva y Shakti se encuentren para superar la ilusión de Maya (la dualidad aparente del mundo) y lograr alcanzar la consciencia o iluminación.

 

La historia cuenta que Shakti permanece dormida en la base de la columna. Al despertar inicia su recorrido ascendiendo hacia los centros de energía superiores (chakras).

Cuando alcanza el séptimo chakra en la coronilla, se encuentra por fin con su amado Shiva (la consciencia) que yace dormido sobre la flor de loto de mil pétalos.

Entonces empieza a danzar para él, y el amor que emana de su danza lo despierta. Él se une a ella en ese baile y los dos, danzando y amándose, se funden en la Boda Mística en un solo ser, mitad masculino, mitad femenino, en donde la dualidad de los opuestos se trasciende en unidad, cuerpo y espíritu bailando unidos en un solo ser.

El éxtasis espiritual encarnado en la materia.