“Como es abajo es arriba; como es arriba es abajo”
Tu sistema biológico forma parte de un ecosistema superior, en donde las reglas de equilibrio y funcionamiento son las mismas.
No sólo tu cerebro almacena los recuerdos de lo que te ha sucedido o de lo que traes en tu herencia familiar, social o de especie. Esa memoria también queda registrada en todas y cada una de tus células como una frecuencia personalizada que las rodea y las condiciona para que ante determinadas circunstancias reaccionen con un patrón de comportamiento aprendido.
A lo largo de la existencia todo ser humano ha experimentado diferentes situaciones traumáticas o no que van dejando impresas en sus células una frecuencia (vibración) de dolor o alegría, de miedo o goce específica que se extiende hacia las demás como una onda en un estanque. Bruce Lipton, comenta en su libro: Biología de la Creencia que una onda solo puede anularse con otra del mismo tamaño y opuesta. Por lo tanto, toda frecuencia se pude anular con una contraria de la misma intensidad.
Estas experiencias traumáticas se van quedado acumuladas en los tejidos del cuerpo en forma de tensiones. Los tejidos se endurecen, se forman corazas y bloquean el movimiento de la energía.
Muchos maestros y científicos han hablado en el pasado de cómo nuestros cuerpos guardan información en bancos de memoria celulares y de cómo estas cargas de energía estancada no nos dejan vivir en el bienestar.
El Yoni, y también, el Lingam, y sus respectivos músculos pubococcígeo y hueso sacro, son de las zonas reflejas más importantes del cuerpo, en donde más se acumulan dichas tensiones.
A través del masaje tántrico se produce la liberación de la memoria celular. Nos ayuda a acceder esos bancos de memoria de manera totalmente consciente, eficiente y segura.
En el Masaje tántrico de Liberación de la Memoria Celular se parte del conocimiento de que muchos de nuestros desequilibrios no se han provocado en el momento presente sino que traen un patrón ya aprendido en el vientre materno o incluso en generaciones anteriores, es decir que nuestras células heredan no sólo los genes sino también un campo energético. Te preguntarás cómo puede suceder esto. La respuesta es que los tejidos y las células que los forman están a su vez formadas por moléculas, éstas por átomos y éstos por partículas subatómicas que vibran en una frecuencia determinada.
Cada vez que experimentas una emoción, tu cerebro descarga un caudal de neurotransmisores (neuropéptidos) que fluyen a través del sistema circulatorio hasta llegar a cada una de las células del cuerpo y especialmente a las células que conforman el aparato genital. Estas tienen en su membrana una proteína capaz de reconocer y reaccionar con el péptido que le llega, impregnando de ese modo a todo el organismo con esa emoción. Esta sería la vía fisiológica que utiliza el cuerpo para reconocer las emociones.
Según los neuropéptidos generados por tu cerebro, en el día a día tus células percibirán más un tipo de emoción u otro, por ejemplo: miedo, tristeza o frustración en el caso de personas depresivas, o esperanza alegría o amor en personas optimistas y capaces de encontrar la paz y la serenidad interior.
Se puede detener el proceso a través de la respiración consciente, la relajación, la meditación, entre otros.
El Masaje tántrico de Liberación de la Memoria celular (LMC) es una técnica que te ayuda en este proceso permitiéndote conectar contigo mismo. Se trabaja todo el cuerpo como una unidad, dando especial atención, si cabe, a las zonas genitales.
Se trata de reconocer frecuencias de energía, tratando de reequilibrar las zonas que vamos recorriendo. Como explicaba con el símil de las ondas, cuando encontramos una zona alterada, en el masaje de Lingam o de Yoni, puede suceder que al quedarnos ahí la persona sufra un ligero espasmo o movimiento liberador de tensión. Se trata de un movimiento liberador y generador de consciencia con efectos sanadores. Se disuelve la frecuencia. Se produce un salto cuántico, es decir un cambio hacia un nivel superior de consciencia.
La medicina moderna no sabe, de momento, explicar lo que sucede en este tipo de sanaciones que se mueven aparentemente al margen de los sofisticados instrumentos y sistemas ultracientíficos. Las sanaciones cuánticas, aunque parezca un contrasentido, se mueven en un campo al margen de los aparatos médicos de alta tecnología, dedicando su atención al campo de la mente, el espíritu y la consciencia. Ahí es cuando comienza la sanación, cuando se encuentra el punto en donde encajan espíritu y materia, en ese lugar en donde la consciencia se convierte en generadora de efectos.
Al trabajar en las zonas genitales: Yoni y Lingam, se requiere invertir menos tiempo en la terapia, ya que es ahí donde se ubican nuestros centros de energía, por lo que no es conveniente permanecer en ella un tiempo excesivo, ya que las reacciones pueden ser muy fuertes, y en algunos casos viscerales. La energía sexual actúa como catalizadora para todo el proceso de reconocimiento de la memoria celular y para aportar consciencia a los traumas que están anclados en la memoria celular de los tejidos corporales.
La técnica de Liberación de la Memoria Celular que utilizo en el masaje tántrico permite encontrar la emoción oculta, asociada al síntoma físico o tensión acumulada en determinada zona del Lingam o del Yoni. Ulteriormente, se descodifica y se favorece la sanación mediante la liberación de dicha emoción que se encuentra anclada en la mente celular de los tejidos, a su vez conectada con la mente inconsciente del individuo, liberando y transformando dicha emoción para que deje de afectar negativamente en la vida.